Estos días han estado plagados de cosas, emociones muy fuertes, experiencias muy chidas y otras muy malas, no sé, me siento agobiada, con ganas de desconectarme de todo un buen rato.
Chelita, ahora Wini, es una perrita hermosa que me encontré en Guanajuato el miércoles 19 de mayo. Estaba atropellada, a la orilla de la calle. La recogimos, y después de una larga odisea, terminamos quedándonos con ella. El veterinario que nos atendió en Guanajuato nos dijo puras madres, ese pendejo ni sabe nada. Tuvo la mejor disposición del mundo (aparentemente), y nos dijo que sólo estaba inflamada, y que no tenía nada roto. Ah, y que estaba grande de edad.
El viernes 21 llego a Irapuato y junto con Ponchis la llevamos al veterinario de mi confianza, el que atiende a mi hijo. Le contamos la historia, y él lo primero que hizo fue decirnos que Wini (Winifred Sanderson) es una cachorrita de 6 o 7 meses. Después, que la manita derecha estaba rota. Luego revisó toda su columna, vértebra por vértebra, checando los reflejos y los nervios, y todos los huesos, y dijo que habría que tomar radiografías para ver si la cadera estaba rota o sólo inflamada, ya que no podía ponerse de pie, pero que primero tendríamos que ver si podía hacer del baño normalmente. Si no podía, no habría otra opción que dormirla. En ese instante, mi corazón se quebró, pero mantuve mi compostura. Se quedó internada ese fin de semana, y el lunes 24 recibí la buena noticia de que ya había hecho del baño, así que estaba salvada. Lo que seguía era ver si sus patas traseras comenzaban a reaccionar. El martes mejoró y sus patas comenzaron a moverse, por lo que nos la entregaron. Mi mamá se hizo cargo de estar yendo al veterinario a ver qué noticias había. Su actitud realmente me sorprendió, nunca esperé que ella fuera a involucrarse al nivel en que lo hizo. Pero la vida siempre nos depara sorpresas, buenas y malas.
El martes me llevé a Wini a Salamanca. La tuve conmigo para cuidarla y estuvo muy bien todos esos días: comía muy bien, se veía cada vez de mejor ánimo y con más energías. El jueves volví a Irapuato con ella, y se durmió en mi cuarto conmigo. El viernes hizo del baño bien, en el patio trasero como debe ser, jeje. Ese viernes me fui con mi papá a ver a Paul McCartney, fue un viaje sensacional, un concierto magnífico a pesar de que estábamos tan lejotes, no sé, todo fue perfecto en ese viaje. Estar con mi papá es algo que disfruto muchísimo, él y yo tenemos una relación entrañable y casi perfecta. Y cumplirle uno de sus sueños es algo que me hace muy feliz. Verlo tan emocionado, cante y cante, no sé, ni siquiera tengo las palabras para describirlo.
El sábado regresamos a casa más o menos a las 7 a.m., y me dormí hasta las 11 a.m. Después llevamos a Wini al veterinario para que la revisara. Le quitó el vendaje de su manita rota y se determinó que hoy la operarían. Van a ponerle un clavo en su hueso y un soporte exterior, en lo que la fractura sana. Será aproximadamente un mes.
Por eso hoy estoy extremadamente nerviosa y expectante.
Aunado a eso, en la escuela tengo mucho trabajo. La semana pasada, encima de mis responsabilidades con Wini, tuve dos exámenes del prope de maestría. En el primero me hubiera ido bien pero me faltó poner un término en el primer ejercicio, y el segundo partía del primero, por lo tanto ambos están mal. Si el maestro se porta buena onda, me pondrá medio punto en cada uno porque están "medio bien" (jaja), osea lo que hice está bien, pero en el resultado me faltó poner una cosa. En el del jueves, que era el más importante, me fue bien. Me faltó un ejercicio pero los otros están bien. Así que, a pesar de todo, me siento tranquila, pero la semana pasada no, estaba super presionada, con mucho que estudiar y repasar, y aparte trabajo de la tesis y eso. La escuela me tiene presionada y un poco estresada.
Desde hace tiempo, con los problemas surgidos en casa de mi mejor amiga, noté que ella se estaba alejando de mi. Noté que muchas cosas ya no me las contaba, y terminaba yo enterándome por otras personas, generalmente cuando ya era demasiado tarde. No entendía (y realmente no entiendo) esa actitud, porqué ya no confiar en mí. Siendo ella, con tantos años de amistad, con tantas cosas vividas. Con toda sinceridad puedo decir que no hay una persona por quien haya dado más que por ella. Todo lo que pude, todo lo dí. Ahora estoy en una etapa de mi vida en que ya no puedo acompañarla como antes lo hacía, pero no puedo detener mi vida ni mi camino, además, ella ya no está en un lugar donde sea absolutamente necesaria mi presencia. Ya tiene trabajo, ya estudia, ya ha salido adelante de muchas situaciones y, CREO YO, debería tener ya las herramientas para afrontar muchas cosas. Es por ello que, en primera, no entiendo porqué no me dijo o hizo algo más para evitar los problemas con su hermana y, en segunda, porqué no entiende que yo no soy una amiga condescendiente, yo no soy una amiga que no te diga lo que necesitas saber, que no te diga cuando estás mal. Yo no soy así, nunca lo he sido y nunca lo seré. Me siento muy decepcionada por esta situación, triste y también molesta, porque ella debería saber quién soy y porqué hago las cosas.
Luego, ayer me enteré que quitaron la manta que habíamos puesto para convocar al grupo juvenil de Santa Anita. Hace dos semanas apenas que la pusimos, y así nomás de huevos la quitaron para poner una de pinches jornadas. Eso, junto con ciertas actitudes de personas que están en Santa Anita, cabezas de grupos importantes de la comunidad, y las actitudes mamonas, déspotas e intolerantes de ciertos sacerdotes (Mauro y el padre aguado), ya me tienen hasta la madre. Por cada padre Rubén hay un Mauro, un aguado, un Felipe y un Carlos que no se ponen a trabajar. Tengo 12 años trabajando y siendo parte de la pastoral juvenil de Santa Anita, y realmente estoy cansada de la pinche gente que integra su comunidad. Estoy cansada de las hipocresías, de las falsedades, de la falta de compromiso, de que te pongan el pie y te saboteen para que no avances, no sé de qué se trata, ya estoy HARTA.
Y, por último, mi roomie que no se preocupa por su perra... la chiquitina está embarazada, es de raza pequeña y la embarazó un perro grande, osea que tendrá problemas en el parto. Yo le insistí que la llevara al veterinario porque va a necesitar cesárea, sino se va a morir. Ella dice que sí le importa y que se sentirá muy mal si se muere, pero no hace nada por evitarlo. Me da mucho coraje y frustración, no sé hasta dónde puede uno intervenir. Lo "bueno" es que se la llevó a su casa, así si se muere no la veré sufrir, lo cual no significa que no sufrirá... Chale, ¿para qué putas madres tienen perros si no los van a cuidar?
Como podrán ver, estos días han estado super cargados de muchas cosas, ya no sé ni qué, me siento mal pero a la vez me siento bien, y pues no sé ya nada.
Dejo esta canción, la escucho cuando estoy triste, está bien hermosa: