Ya cambié la plantilla un poquito porque ya hay muchos blogs negros. No es que a wilson quiera ser diferente, simplemente me enfadé. También cambiaré el header el fin de semana seguramente. Tengo hambre. Es jueves.
Estas semanas se han vuelto, de alguna extraña manera, terriblemente rutinarias. Siempre lo mismo: levantarse temprano, ir a la escuela, estar toooodo el día en el laboratorio, regresar, comer, hacer cualquier cosa y dormir. No hay emoción, algo le falta a mi vida. Esto no significa que ya no sea feliz como he estipulado varias veces, simplemente algo falta.
Creo que una vez más, estoy ante el hecho de que no estoy en la carrera correcta. Eso todo mundo lo sabe. Estar aplastada frente a una computadora escribiendo líneas de código, pensando, formulando soluciones, corrigiendo, compilando, etc. todo eso no es lo mío. Se puede decir que tengo un cierto nivel de talento para ello, más sin embargo no me despierta ninguna emoción. Cero.
Lo mío es algo que tenga impacto más directo en las personas, en la mente, en el bienestar. Sé que mediante la programación se pueden lograr muchas cosas muy buenas, pero finalmente es muy difícil que llegue a impactar las vidas de gente que necesita cosas más tangibles. Creo que cada vez esta más cerca el día en que mande todo esto a la chingada y me haga una nueva vida. Tal vez termine con el padre Ruben en África, quién quita. Prefiero morir asesinada por un guerrillero (claro, por hacer algo que valga la pena) que de síndrome de túnel carpiano o de codo de ratón(¿se puede morir de eso?).
Por otro lado, creo que estoy (estamos) viviendo nuestra primera y auténtica crisis matrimonial. Bueno pues, todavía no me caso (y me caga que me pregunten cuándo me voy a casar, piénsenlo, es tan fácil: si se te antoja preguntarme que cuándo me voy a casar, es muy probable que no estés en la lista de invitados, pues en realidad no me conoces), y no me casaré pronto (no hay varo jaja, ni madurez suficiente)(aunque no creo que se llegue a estar maduro alguna vez, luego de ahí a la pachichez hay un sólo paso). Sin embargo, aunque no estemos casados estamos juntos el 80%-90%-100% del día. Vivimos juntos sin vivir juntos, es un vacío legal (creo que ya lo había dicho alguna vez). Y en esa convivencia cotidiana, creo que hemos llegado finalmente a nuestra primera crisis de a de veras (sic). Es que no, nos entendemos. Él dice algo y yo pienso que decía otra cosa; yo digo algo y él nomás no me capta; o de plano ya ni decimos nada. Es como si yo hablara en suajili y él en rarámuri. Estamos bien, la pasamos bien. Sin embargo, esto está apachurrado, le falta algo. No está brillando como solía hacerlo. No pienso que esto signifique el fin ni algo parecido, simplemente no está bien-bien. ¿Porqué? no sé. Tal vez sea la rutina. La costumbre. Yo supongo que es lo natural. ¿Verdad? ¿Verdad?
Estas semanas se han vuelto, de alguna extraña manera, terriblemente rutinarias. Siempre lo mismo: levantarse temprano, ir a la escuela, estar toooodo el día en el laboratorio, regresar, comer, hacer cualquier cosa y dormir. No hay emoción, algo le falta a mi vida. Esto no significa que ya no sea feliz como he estipulado varias veces, simplemente algo falta.
Creo que una vez más, estoy ante el hecho de que no estoy en la carrera correcta. Eso todo mundo lo sabe. Estar aplastada frente a una computadora escribiendo líneas de código, pensando, formulando soluciones, corrigiendo, compilando, etc. todo eso no es lo mío. Se puede decir que tengo un cierto nivel de talento para ello, más sin embargo no me despierta ninguna emoción. Cero.
Lo mío es algo que tenga impacto más directo en las personas, en la mente, en el bienestar. Sé que mediante la programación se pueden lograr muchas cosas muy buenas, pero finalmente es muy difícil que llegue a impactar las vidas de gente que necesita cosas más tangibles. Creo que cada vez esta más cerca el día en que mande todo esto a la chingada y me haga una nueva vida. Tal vez termine con el padre Ruben en África, quién quita. Prefiero morir asesinada por un guerrillero (claro, por hacer algo que valga la pena) que de síndrome de túnel carpiano o de codo de ratón(¿se puede morir de eso?).
Por otro lado, creo que estoy (estamos) viviendo nuestra primera y auténtica crisis matrimonial. Bueno pues, todavía no me caso (y me caga que me pregunten cuándo me voy a casar, piénsenlo, es tan fácil: si se te antoja preguntarme que cuándo me voy a casar, es muy probable que no estés en la lista de invitados, pues en realidad no me conoces), y no me casaré pronto (no hay varo jaja, ni madurez suficiente)(aunque no creo que se llegue a estar maduro alguna vez, luego de ahí a la pachichez hay un sólo paso). Sin embargo, aunque no estemos casados estamos juntos el 80%-90%-100% del día. Vivimos juntos sin vivir juntos, es un vacío legal (creo que ya lo había dicho alguna vez). Y en esa convivencia cotidiana, creo que hemos llegado finalmente a nuestra primera crisis de a de veras (sic). Es que no, nos entendemos. Él dice algo y yo pienso que decía otra cosa; yo digo algo y él nomás no me capta; o de plano ya ni decimos nada. Es como si yo hablara en suajili y él en rarámuri. Estamos bien, la pasamos bien. Sin embargo, esto está apachurrado, le falta algo. No está brillando como solía hacerlo. No pienso que esto signifique el fin ni algo parecido, simplemente no está bien-bien. ¿Porqué? no sé. Tal vez sea la rutina. La costumbre. Yo supongo que es lo natural. ¿Verdad? ¿Verdad?
P.s.: No pongo fotos porque en esta compu pedorra no tengo.