miércoles, julio 16, 2008

Las miches

1 Jitomatazos
Ayer, después de ciertos conflictos caseros, me sentí super super super deprimida... cierto comentario me hirió mucho y me hizo pensar en todas las veces que he dado todo todo todo de mí y no he sido correspondida... digo no es que cada que hago algo lo haga pensando "mmm espero recibir lo mismo de cambio", nooooooooooooooo, eso ¡nunca! pero sí se siente culero ver cómo uno da todo todo todo y al final terminan las cosas como terminan: mal, y luego que otras personas que no hacen ni el 5% de lo que yo se lleven todo el crédito...
AFORTUNADAMENTE tengo a mi casi esposo, que me escucha tooooodo lo que tengo que decir, que me apoya y me comprende, y sobre todo, que me valora auténticamente, que sí ve todo lo que hago y todo lo que soy... Es lo máximo.
Hoy necesitaba hablar con él, así urgentemente. Y tambien necesitaba una cerveza y unos cigarros jeje así que sin pensarlo mucho fuimos a las micheladas del estadio... sí, ahí donde todo comenzó. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer (diría Cosmo)...
Todo comenzó como una salida inocente inocente. Últimamente habíamos convivido mucho más que en los últimos 3 años y medio, pues teníamos las mismas horas libres. Platicábamos mientras yo esperaba el camión y él esperaba su clase de la tarde. Y un día me corrió (¡me corriste! ni creas que se me olvida! jaja). Total que ya desde antes traíamos la intención de convivir e ir por unas cheves o algo pero no había habido chance.. Hasta ese día, 14 de febrero. Un día antes me dijo de una fiesta y yo dije "ps vamos", luego el 14 me dijo que no se iba a hacer siempre y yo dije "órale, ni pex", y luego pensé "ay pero yo quiero ir a algún lado" y cuando ya íbamos en el camión de la fimee le dije, y ps ya dijimos "bueno vamos a Irapuato por unas miches o algo así". Ah y me regaló unos bombones que no sé quién le dió (oye, sí, ¿quién te los dio?).
Nos bajamos en la central, tomamos el camión a Irapuato, platicamos mucho en el camino (raro, raro); llegamos a Irapuato, caminamos a plaza del comercio, tomamos la ruta 5. Nos bajamos en Lázaro Cárdenas, ahí donde yo solía esperar el camión cuando iba al ITESI jejeje. Finalmente llegamos a las miches del estadio. Pedimos unas cervezas y comenzamos a platicar. Uy, hablamos de un chingo de cosas: de la escuela, de las clases, de "no manches llevas un chingo de créditos más que yo y eso que entramos el mismo trimestre", de las familias (la suya y la mía), de sus .exes, de mis .exes y el obligadísimo tema de Ismael, de los amigos, de la prepa, de la secundaria, de Guanajuato, de San Jelipe, de Irapuato, de los hobbies, de los sueños, de los gustos, de música, de conciertos, del América y el Cruz Azul (jajaja), de vivencias, de borracheras, ... etc., etc., etc. Mientras, yo hacía bolitas con pedacitos de servilleta y se las aventaba para atinarle dentro de su camisa jejeje (ay sí, soy bien enfadosa la neta). Total que la pasé así chidísimo, chidísimo. Me sorprendió sobremanera lo bien que la pasé, lo fácil que se dió la plática. Y no me dejó pagar nada de la cuenta (ash, no me gusta ser abusiva!).
Luego salimos y le pregunté "¿te gusta caminar?" y me dijo que sí, luego le pregunté "quieres tomar el camión o nos vamos caminando y te doy un mini-tur de Irapuato?" y elegió el mini-tur. Uy, grasso error! digo, por que de ahi "endelanten" no me paró la boca! Caminamos por Lázaro Cárdenas, dimos vuelta a Guerrero, y justo por frente de McDonalds me abrazó .. no manches, noooo, sentí bien bonito, así bonito bonito, como segura, como protegida.. no sé, sentí un montón de cosas que no puedo explicar.. Pero ps como todavía no pasaba nada que ya me diera una luz, ps no dije nada ni actué en base a eso que sentí. Y, ¿sabes? Ya no me soltó. Y hasta la fecha.
Así caminamos por todo Guerrero, abrazados. Ay, sentía maripositas jajaja. E iba hable y hable y hable: "Mira, ahí esta McDonalds por si quieres una hamburguesa fuchi", "mira ahí está Plaza Magna por si quieres sacar tu pasaporte", "Mira en ese árbol un chavo que me gustaba en el Cbtis talló mi nombre .. pero nunca me hizo caso jajaja", "Mira ahí hay una tienda de deportes por si quieres comprar un balón o un uniforme o un trofeo", "Mira ahí está una tienda de peces por si quieres comprar un pez" (duh), ... etc., etc. ¡Y no lo enfadé! Sino que le daba un chingo de risa toooooodas las babosadas que iba diciendo. Y me lucí jajaja. Rompí mi récord de babosadas dichas en un día. Así seguimos hasta el centro, donde dimos la vuelta. Hice gala de mis conocimientos sobre el centro histórico de la ciudad de Irapuato y de mis habilidades de guía de turistas. Y él nomás se reía.
Creo que ese día me enamoré de su sonrisa.
Fuimos al cajero y mientras lo esperaba pensaba "¿será? ... ¿será?". Seguimos caminando y me compró un globito con una flor. Finalmente, el tur terminó y nos dirigimos a la central. Yo seguí hable y hable y hable y hable y él risa y risa. Subimos el puente peatonal, en donde le dije "Ay, ya cállame" y me dijo "No, ¿porqué? me estoy divirtiendo mucho", bajamos en la central. Me acompañó a tomar el camión. Cuando lo esperábamos, sentí esa tensión que se siente cuando hay algo raro sucediendo entre dos personas. Pero no sabía si sí o si no. La verdad es que no dejaba ver mucho, pero yo sospechaba ya. En cierto momento, deseé que me besara (pero no le digas a nadie). Al final de cuentas, nada pasó. Nos despedimos como siempre, normal, como dos amigos. Pero ninguno de los dos volvería a ver a la otra persona de la misma manera a partir de ese día.
Así fue nuestra única cita, nuestra primera cita que no fue cita.
El mejor 14 de febrero.
Y ya no me soltó.

sábado, julio 05, 2008

Suspiro

2 Jitomatazos
Ay es que acabo de suspirar. Estoy bien enamorada pues.
El otro viernes, el día de la graduación de Ana, fue el mejor viernes de mi vida. Bueno ahí se echa competencias con el viernes del festejo de mi cumpleaños. La pasé tan pero tan bien con él, mi pequeñín.. no, es que simplemente fue excelente. Todos elegantes, cenamos, bailamos :s platicamos, me hizo reir como nunca, nos abrazamos, nos besamos, y saludamos al amanecer. Lo único malo es que al día siguiente teníamos que regresar temprano a nuestras respectivas ciudades, pues era semana de finales. Me hubiera gustado estar más tiempo con él en Guanajuato, así, abrazados, platicando, riendo.. compartiendo nuestros sueños y nuestras ilusiones.
Es que nunca es suficiente el tiempo que estoy con él. Nunca me aburro de él, nunca me canso de escucharlo, de besarlo, de mirarlo. Nunca me canso de decirle que lo amo y que él me lo diga también. Ya no puedo vivir sin él, sólo quiero terminar la carrera para que nos casemos e irnos lejos de aquí. Ahh por que sí, ese es el plan: terminar la carrera (el año siguiente, él a principios y yo a mediados), casarnos e irnos a trabajar y estudiar la maestría a ver a dónde. Pero aquí no, por que aquí no hay ni para él ni para mí. Yo no quiero una boda acá grandiosa, lujosa, no, nada de eso importa, lo importante es la misa, el estar con él ante Dios y jurarnos amor eterno, y que Él bendiga nuestra unión. Por eso ya les he dicho a mis amigos (los que saben que me voy a casar con él) que no si no van a la misa ni se aparezca en la fiesta por que no los quiero ver ahí jejeje.
En fin, yo no iba a platicar eso pero ya lo dije. Mmm .. ah sí, pues ese viernes fue perfecto, luego la sig. semana volvimos a ir a Guanajuato, el miércoles, fue genial también, y extraordinario. Luego los siguientes días (hasta ayer) que traía mis preocupaciones, fue comprensivo y me apoyó y me hizo sentir bien, y compartió ayer mi alegría cuando ambos problemas se solucionaron. Y antier, al escuchar los problemas maritales de uno de nuestros mejores amigos, no sé, aprendimos mucho, nos dimos cuenta de muchas cosas que haremos hasta lo imposible por evitar que sucedan en nuestro matrimonio. ¡Qué raro! hablar de nuestro matrimonio. Pero es que ya es un hecho, si pudiéramos casarnos hoy, lo haríamos. Pero tenemos que terminar la carrera primero.
Se siente hermoso encontrar a la persona con quien anhelas pasar el resto de tus días. Y lo más chistoso es pensar que estuvo presente en mi vida durante casi 3 años y medio y ni él ni yo nos dimos cuenta que todo lo que queríamos, todo lo que soñábamos encontrar y todo aquello que nos hacía falta o que otras personas no nos supieron dar estaba a dos bancas de distancia. Él no sabía que esa niña enfadosa que en todas las prácticas de electrónica digital 1 iba a su mesa a preguntarle cómo hacer los circuitos sería su futura esposa, así como yo no sabía que ese niño serio y matado a quien me costaba taaaaaanto trabajo hacerle plática, y a quien le confié todas las situaciones extrañas que me pasaron con sus dos "mejores" amigos (que eran mis dos supuestos "mejores" amigos) sería mi futuro esposo. ¡Qué cosas! Y sin embargo, todos los días le doy gracias a Dios por haberlo puesto en mi camino, justo cuando yo pensaba que no encontraría alguien a quien amar como había amado a mi novio anterior, alguien que me amara y me hiciera feliz.
Y es que no sólo me mandó alguien a quien amar y quien me amara, si no que lo aumentó exponencialmente, el amor, la confianza, el respeto, todo, todo. Con Poncho he sentido cosas que hacía muchísimo que no sentía ( o tal vez nunca había sentido), el que alguien me tenga como lo máximo, que yo tenga la seguridad que jamás me mentiría ni me engañaría, que me haga sentir seguridad en mi relación y me de la libertad de amar sin medida, que me hace atreverme a cosas que nunca imaginé, que no tengo miedo de nada a su lado. Que no tenga yo dudas de si es la persona correcta para mí, por que lo es. No somos iguales, tenemos nuestras diferencias. Jamás hemos discutido, claro que hemos tenido dos que tres "problemillas", que más que eso son desacuerdos, jamás nos hemos levantado la voz, mucho menos peleado. Con él es tan pero taaaan fácil arreglar estos desacuerdos, pues es humilde, razonable y comprensivo. Me ha admirado y reconocido mi trabajo con jóvenes, comparte mi fe y vamos juntos a misa. Confía en mí, soy su mejor amiga. Y por supuesto, él es mi mejor amigo y eso ya no va a cambiar. Y además es inteligente (ash, ¡inteligentísimo! y ñoño jeje), responsable y con sueños y ambiciones. Osea, ¡qué más puedo pedir! Nada. ¿Deseo algo más? La mera verdad, no. Tengo todo lo que siempre deseé.
Soy feliz.
 
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