Ayer, después de ciertos conflictos caseros, me sentí super super super deprimida... cierto comentario me hirió mucho y me hizo pensar en todas las veces que he dado todo todo todo de mí y no he sido correspondida... digo no es que cada que hago algo lo haga pensando "mmm espero recibir lo mismo de cambio", nooooooooooooooo, eso ¡nunca! pero sí se siente culero ver cómo uno da todo todo todo y al final terminan las cosas como terminan: mal, y luego que otras personas que no hacen ni el 5% de lo que yo se lleven todo el crédito...
AFORTUNADAMENTE tengo a mi casi esposo, que me escucha tooooodo lo que tengo que decir, que me apoya y me comprende, y sobre todo, que me valora auténticamente, que sí ve todo lo que hago y todo lo que soy... Es lo máximo.
Hoy necesitaba hablar con él, así urgentemente. Y tambien necesitaba una cerveza y unos cigarros jeje así que sin pensarlo mucho fuimos a las micheladas del estadio... sí, ahí donde todo comenzó. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer (diría Cosmo)...
Todo comenzó como una salida inocente inocente. Últimamente habíamos convivido mucho más que en los últimos 3 años y medio, pues teníamos las mismas horas libres. Platicábamos mientras yo esperaba el camión y él esperaba su clase de la tarde. Y un día me corrió (¡me corriste! ni creas que se me olvida! jaja). Total que ya desde antes traíamos la intención de convivir e ir por unas cheves o algo pero no había habido chance.. Hasta ese día, 14 de febrero. Un día antes me dijo de una fiesta y yo dije "ps vamos", luego el 14 me dijo que no se iba a hacer siempre y yo dije "órale, ni pex", y luego pensé "ay pero yo quiero ir a algún lado" y cuando ya íbamos en el camión de la fimee le dije, y ps ya dijimos "bueno vamos a Irapuato por unas miches o algo así". Ah y me regaló unos bombones que no sé quién le dió (oye, sí, ¿quién te los dio?).
Nos bajamos en la central, tomamos el camión a Irapuato, platicamos mucho en el camino (raro, raro); llegamos a Irapuato, caminamos a plaza del comercio, tomamos la ruta 5. Nos bajamos en Lázaro Cárdenas, ahí donde yo solía esperar el camión cuando iba al ITESI jejeje. Finalmente llegamos a las miches del estadio. Pedimos unas cervezas y comenzamos a platicar. Uy, hablamos de un chingo de cosas: de la escuela, de las clases, de "no manches llevas un chingo de créditos más que yo y eso que entramos el mismo trimestre", de las familias (la suya y la mía), de sus .exes, de mis .exes y el obligadísimo tema de Ismael, de los amigos, de la prepa, de la secundaria, de Guanajuato, de San Jelipe, de Irapuato, de los hobbies, de los sueños, de los gustos, de música, de conciertos, del América y el Cruz Azul (jajaja), de vivencias, de borracheras, ... etc., etc., etc. Mientras, yo hacía bolitas con pedacitos de servilleta y se las aventaba para atinarle dentro de su camisa jejeje (ay sí, soy bien enfadosa la neta). Total que la pasé así chidísimo, chidísimo. Me sorprendió sobremanera lo bien que la pasé, lo fácil que se dió la plática. Y no me dejó pagar nada de la cuenta (ash, no me gusta ser abusiva!).
Luego salimos y le pregunté "¿te gusta caminar?" y me dijo que sí, luego le pregunté "quieres tomar el camión o nos vamos caminando y te doy un mini-tur de Irapuato?" y elegió el mini-tur. Uy, grasso error! digo, por que de ahi "endelanten" no me paró la boca! Caminamos por Lázaro Cárdenas, dimos vuelta a Guerrero, y justo por frente de McDonalds me abrazó .. no manches, noooo, sentí bien bonito, así bonito bonito, como segura, como protegida.. no sé, sentí un montón de cosas que no puedo explicar.. Pero ps como todavía no pasaba nada que ya me diera una luz, ps no dije nada ni actué en base a eso que sentí. Y, ¿sabes? Ya no me soltó. Y hasta la fecha.
Así caminamos por todo Guerrero, abrazados. Ay, sentía maripositas jajaja. E iba hable y hable y hable: "Mira, ahí esta McDonalds por si quieres una hamburguesa fuchi", "mira ahí está Plaza Magna por si quieres sacar tu pasaporte", "Mira en ese árbol un chavo que me gustaba en el Cbtis talló mi nombre .. pero nunca me hizo caso jajaja", "Mira ahí hay una tienda de deportes por si quieres comprar un balón o un uniforme o un trofeo", "Mira ahí está una tienda de peces por si quieres comprar un pez" (duh), ... etc., etc. ¡Y no lo enfadé! Sino que le daba un chingo de risa toooooodas las babosadas que iba diciendo. Y me lucí jajaja. Rompí mi récord de babosadas dichas en un día. Así seguimos hasta el centro, donde dimos la vuelta. Hice gala de mis conocimientos sobre el centro histórico de la ciudad de Irapuato y de mis habilidades de guía de turistas. Y él nomás se reía.
Creo que ese día me enamoré de su sonrisa.
Fuimos al cajero y mientras lo esperaba pensaba "¿será? ... ¿será?". Seguimos caminando y me compró un globito con una flor. Finalmente, el tur terminó y nos dirigimos a la central. Yo seguí hable y hable y hable y hable y él risa y risa. Subimos el puente peatonal, en donde le dije "Ay, ya cállame" y me dijo "No, ¿porqué? me estoy divirtiendo mucho", bajamos en la central. Me acompañó a tomar el camión. Cuando lo esperábamos, sentí esa tensión que se siente cuando hay algo raro sucediendo entre dos personas. Pero no sabía si sí o si no. La verdad es que no dejaba ver mucho, pero yo sospechaba ya. En cierto momento, deseé que me besara (pero no le digas a nadie). Al final de cuentas, nada pasó. Nos despedimos como siempre, normal, como dos amigos. Pero ninguno de los dos volvería a ver a la otra persona de la misma manera a partir de ese día.
Así fue nuestra única cita, nuestra primera cita que no fue cita.
El mejor 14 de febrero.
Y ya no me soltó.