Uff... el fin de semana fue uno de los más pesados que he tenido... Primero, el viernes con el super round, ocasionado por.. bueno, por cosas que pasan, errores que se cometen, pensamientos que se omiten.. Nadie es perfecto. Hoy, todo está arreglado.
El sábado desperté molesta, enojada, encabronada, como sea. Nunca me había pasado, despertar y que la primera sensación dentro de mí sea de "encabronamiento". Igual me levanté, alrededor de las siete de la mañana, cosa que nunca hago, claro. Preparar café, pero no para mí, no me gusta el café expresso, americano o como se llame. Era para la pre-pascua. Cantidades industriales. Problemas de transporte. Mal humor. Etc.
Ya llegando ahí.. bueno después de un rato todo comenzó a cambiar. El ambiente estaba fenomenal. Muchos jóvenes, todos reunidos en nombre de Cristo y una misión que hemos elegido: la pastoral juvenil.
Llevo 9 años involucrada en la pastoral juvenil. Entré a un grupo no por que yo quisiera, más bien mi madre nos obligó a mí y a mi hermano mayor. Entonces yo tenía 12 añitos. Debía tener 15 años para ser miembro del grupo, pero hicieron una excepción. El primer miércoles no entramos a la junta, nos dió miedo-hueva-timidez. Ambos siempre hemos sido acá medio antisociales. Al siguiente miércoles, alguien nos dijo "pásenle al grupo" y pues nos pasamos. Lo recuerdo bien. Al primer chavo que ví, que llamó mi atención, fue Rafa. Con una chamarra negra, blanca y roja de los toros de Chicago. Después,.. bueno, eso de Rafa es otra historia.
Pasó el tiempo, me gustó el grupo (y Rafa), y me quedé. Terminé mi proceso de tres años, seguí en el grupo y para el año 2002 me tocó coordinar mi primera pascua, en el 2003 ya era coordinadora del grupo. Así seguí hasta el 2005, cuando renuncié. Dejé de asistir un par de meses, pero no pude irme, mi presencia fue requerida. Así que en el 2006 volví, como asesora del equipo coordinador, cosa que realmente nunca dejé de ser. Ahora, aquí estoy involucrada al 100% nuevamente.
Este retiro me dejó esa sensación de frescura que necesitaba. Siempre como jóvenes nos hemos encontrado con un chingo de trabas para poder trabajar. Que si las viejas santurronas dicen pendejada y media de nosotros, que si los viejitos ajerosos nos critican, que si los sacerdotes anticuados old-fashion nos acusan y no nos dan su apoyo como deberían... Que si los mismos chavos son inconstantes.. Pero siempre hay algo/alguien que nos hace continuar, y si estamos aquí es por algo.
Así que seguimos siendo discípulos, o más bien discípulas, comprometidas, fieles, leales. Y felices.
Por que sí, soy católica.
Apostólica y remona.
Por herencia y por convicción propia.
Y orgullosa de serlo :D